Después de un verano, relativamente tranquilo y relajado, en el que influye mucho en MI, la climatología, llega el OTOÑO, con sus días grises, mucho más cortos y oscuros, y no sé porqué cada AÑO, me pasa lo mismo, me sobreviene una gran tristeza, parece que lo veo todo más negro, me siento más angustiada, por un futuro incierto, que no acierto a ver con claridad.
Estoy hablando naturalmente de la ECONOMÍA, en general, y en particular, después de que a mi marido le despidieran de su empleo, sin motivo, sólo porque las LEYES, ahora, facilitan mucho que sea así, en cualquier circunstancia.
Tengo que decir, que yo soy de naturaleza animosa y alegre, pero también muy responsable y no veo a corto ni a largo plazo, solución, a ésta incertidumbre que se ha apoderado de la mayoría de personas, sobre todo porque no ven dónde puede estar el final de todo este conflicto.
Y es por éste motivo, que empiezo a pensar en qué pasará y en las distintas opciones, en que puedo verme de aquí a nada, y no puedo controlar lo que podría sucederme en tal caso.
Recibo diferentes consejos de personas que, con cariño, me dicen que viva el DÍA A DÍA, sin pensar en lo que pasará mañana, pues es sabido que nunca se puede saber qué te deparará el futuro.
Y así voy pasando los días, esperanzada y deseosa de poder tener un nuevo HORIZONTE, en el que todos podamos sortear los distintos avatares que nos depara este VIVIR DÍA a DÍA.