El nuevo Año 2018, para mí no ha comenzado con buen pié.
Resulta, que he tenido un traspiés y como consecuencia he caído de espalda y me he chafado una vértebra.
No es una cosa excesivamente grave, aunque la lesión me quedará de por vida.
Lo peor de todo son los dolores que padecí las dos semanas siguientes a la caída.
En esos días no puedes evitar pensar en que, cuando estás bien no lo sueles valorar suficiente, y deberíamos hacerlo, porque hay una gran diferencia, cuando te levantas por la mañana, llena de energía y con tu cuerpo funcionando al 100 por 100, es maravilloso, y un gran regalo que generalmente nos pasa desapercibido, y no nos damos cuenta.
Por eso, he decidido que ha partir de hoy, cada día daré gracias al Creador, por cada mañana que esté bien, porque eso no se paga con dinero.
También sirve de reflexión para tratar de ayudar a personas que no pasan por buenos momentos y animarles con nuestra sincera amistad y ayuda si fuera necesario, pues aunque no lo parezca, a veces con una simple llamada o unas palabras de ánimo, hacemos que esas personas se sientan más reconfortadas.
En resumen, tratar de ser más humana y atenta con todo aquel que me necesite, es una promesa que hago, y que espero realizar en éste nuevo Año que empieza.
Saludos para todos.