Los ABUELOS, son unas personas abnegadas y deseosas de ayudar a sus hijos/as , en el cuidado de los nietos, cuando éstos no pueden por motivos laborales.
YO, comencé a vivir con mi ABUELA, cuando nació mi hermana MEDIANA, pues sólo nos llevamos 13 meses, y la abuela consideró que así mi madre podría atender mejor a su nuevo BEBÉ.
Lo mismo, cuando nació la PEQUEÑA.
Y así es cómo nos empezamos a encariñar la una con la otra.
Pero, lejos de hacer lo que la mayoría de las ABUELAS, es decir: mimar y cuidar a sus nietos a "RATOS", a ella le tocó cuidarnos a las tres hermanas a jornada completa.
Mi madre se separó de mi padre, por motivos que no vienen al caso, cuando mis hermanas tenían, 6 años la PEQUEÑA, 8 la MEDIANA y 9 la MAYOR es decir, YO, y nos dejó a cargo de mis abuelos, para ir a MADRID a trabajar.
La generosidad de mis ABUELOS, fué enorme, a una edad, pasados los 60, en la que ya desean tranquilidad y sosiego, a ellos les tocó hacer de padres, con las responsabilidades y quebraderos de cabeza que eso conlleva.
Mi ABUELO, era un hombre apuesto, y muy alto, con un vivo carácter y mucha personalidad, se hacía respetar por todo el mundo y hera lo que se dice un " Gran Señor".
Criado en el campo, con labores agrícolas principalmente, se reconvirtió en un gran comerciante, pues se especializó en vender máquinas de coser ALFA, que almacenaba en casa, y además aprendió a repararlas, estaba muy solicitado, incluso fuera de la Ciudad, por entonces las amas de casa se solían hacer la ropa ellas mismas con retales que compraban en los mercados.
Mi ABUELA CLARA, era una mujer menuda, de piel muy blanca y cabello negro, sus ojos eran como dos perlas negras, muy vivos e inteligentes, nariz chatona y boca pequeña . Tenía una gran personalidad y caràcter y podía ser a la vez tierna y dura, cariñosa y severa.
Solía explicarme, que cuando era joven sus padres tenían tierras y muchas ovejas y que ella ayudaba ha hacer quesos, requesón y varias especialidades más, para luego venderlas en el mercado.
Era una mujer valiente, que crió a una hija y tres varones y que campeaba de maravilla el carácter del ABUELO, sin embargo, tenía una debilidad, LAS TORMENTAS, que allí en las Vegas Altas, se dan con frecuencia.
Cuando empezaba el primer relámpago, solía cogerme de la mano, no sin antes haber cerrado puertas y ventanas y nos refugiábamos en la cama, bien tapadas con las mantas, y decía: ---Tú no tengas miedo, que ésto no es nada, ya pasará---,( Pero la que realmente tenía miedo hera ELLA) yo contestaba--- Si yo no tengo miedo---, pero ELLA, por toda respuesta, me tapaba hasta la cabeza, y así estábamos bien abrazadas, hasta que pasaba. Entonces se levantaba con nuevos bríos, como si instantes antes no hubiera estado muy asustada.
Pero lo que hacía de mi ABUELA, única, era sin duda el don que tenía para tocar la guitarra española, rayando la perfección, y de ohído, sin saber solfeo, ELLA, ohía una canción por la radio, cogía su guitarra, y la interpretaba perfectamente, con unos dedos delgados y nervudos, que volaban por las cuerdas rápidos, ágiles...., e incluso tocaba con la guitarra a la espalda, las vecinas, solían venir a escucharla, y mi madre contaba que, cuando era niña, la abuela amenizaba las sabremesas con sus acordes.
Tenía unas ideas avanzadas para su época, y era un nervio, muy inteligente y rápida, a mí me tenía un enorme cariño y me sobreprotegía mucho, Hay,! ABUELITA! puede que después de casada, no te visitara tan a menudo, como tú hubieras querido, por mis obligaciones de ama de casa y madre, pero tengo siempre presente, todo lo que aprendí contigo, y los buenos consejos que me distes, jamás te olvidaré, tengo maravillosos e imborrables recuerdos.
Soy consciente de que, mis ABUELOS, se merecían el CIELO, y allí deben estar, mi ABUELA, cómo no, con el toque de su guitarra, amenizando las veladas de los ÁNGELES.
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Abuela Clara |
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