domingo, 17 de julio de 2011

RECUERDOS INOLVIDABLES, INSTANTES MÁGICOS

      Ésta semana, estuvimos en SITGES, población costera de la comarca del GARRAF, en BARCELONA.
      Queríamos celebrar el cumpleaños de nuestro hijo MAYOR, y por éste motivo nos juntamos con ÉL, ese día.
      La citada población, nos trae imnumerables recuerdos, todos ellos entrañables, bonitos, inolvidables.
      Pues cada AÑO, cuando los niños heran pequeños, solíamos ir 5 o 6 días de VACACIONES, instantes mágicos , soñadores, de unos maravillosos AÑOS, compartidos.
      Salíamos de la Ciudad, temprano, pues aunque la Autopista, ya existía, hasta llegar allí, había que pasar por distintas poblaciones, entre ellas GRANOLLERS, en fin que el viaje se hacía largo, y aunque al principio estaban ilusionados y despiertos en cuanto entrábamos en la Autopista, su padre decía: -No se oyen mira a ver-. Y yó giraba la cara y como siempre se habían quedado dormidos, el MAYOR, con la cara apoyada en la ventanilla, como si hubiera estado mirando el paisaje, y le hubiese sobrevenido el sueño, y el PEQUEÑO, apoyado en su hermano como buscando protección y seguridad. instantes para el recuerdo, ójala la mente fuese una cámara fotográfica para plasmar todos esos momentos.
      Solíamos alojarnos en dos habitaciones de una PENSIÓN, los dueños, que eran muy amables y les caíamos bien, nos dejaban comer en el patio, en una mesa de hierro redonda con sillas a juego, que era de ellos, así es que, comprábamos la comida hecha y la comíamos en la misma PENSIÓN, casi como si fuera nuestra casa, pues después hacíamos la siesta en las habitaciones. Así todos los años.
      Recuerdo una anécdota, de un día que llegamos y los niños bajaron en la acera, les dijimos que esperasen allí, a que aparcáramos y sacáramos la sombrilla, sillas, comida etc.
      Cuando volvimos, no había rastro de ellos, su padre se puso nervioso, y yo le dije:- Déjame ver-: Y haciendo visera con la mano, los descubrí en la siguiente cala.( Aparte de mi buena vista, había algo que era inconfundible). Dije: -!Allí están!- y su padre: -¿Donde?- Era casi imposible distinguir con tal cantidad de gente, pero yo contaba con una ayuda inesperada y es que mi hijo PEQUEÑO, tenía un  remolino en la parte de arriba de la cabeza, del que sobresalían 4 o 5 pelillos, vamos como yo decía un " kiriki", y efectivamente allí estaban dos cabecillas en el agua, una más morena con el cabello rizado y la otra más rubia con rizos y el "kiriki".

      Su padre les llamó y acudieron enseguida, el MAYOR, con el clásico puchero de: -"Lo siento"- y la mirada inteligente de: -" Es que, no hemos podido resistir la tentación"-. y el PEQUEÑO, rodeando a su hermano y casi escondido detrás de él a verlas venir, sabiendo que toda la responsabilidad sería del grande, pero a la vez, reafirmando su apoyo total a su hermano.
       Su padre dijo: -¿Qué, no hablo yo claro?- yo dije: - Nos hemos asustado cuando no os hemos visto-. Al fin su padre les dió permiso para que se fueran al agua pero: -Donde yo y la mamá os veamos-. Tardaron medio segundo en marchar, el mismo tiempo que nosotros en darnos la vuelta y reir con ganas, menudos diablillos. instantes, recuerdos inolvidables, inocencias infantiles, angelitos con sueños por llegar.
     Otras veces, también nos acompañaba mi hermana MEDIANA y su marido con sus dos hijos niña y niño, y entonces la felicidad era completa, pues los primos se querían como hermanos y disfrutaban de sus juegos infantiles. Me gustaría que no hubiese pasado el tiempo, pero ya sabemos que eso es imposible y que ellos también tienen derecho a ser adultos responsables, como lo fuímos nosotros.
      Siempre he deseado, que los niños tuviesen bonitos recuerdos de su niñez, porque es muy importante para su estabilidad y madurez en su vida futura y creo que LO HEMOS LOGRADO. 
        

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