Estando en esas cavilaciones,subida en el Autobús,escuché una conversación de dos abuelas. Una explicaba a la otra que su hija le había llamado hacia el mediodía, para decirle que, se había peleado con su nieta, porque ésta quería una Camiseta y un Tejano de MARCA. La abuela argumentó que el yerno estaba sin empleo,y que su hija en esos momentos no estaba para gastos superfluos,pero la "niña" no razonaba y ella no sabía que hacer.
Casi me hace cambiar de opinión, considerando la importancia del uniforme. hasta que recordé una conversación con mi hijo mayor cuando tenía 6 añitos. Estábamos en una de esas grandes Superficies, y como todas tenía bien a la vista, todo tipo de chuches y juguetitos,.Mi hijo puso sus hojitos en un coche de policía con sirena y todo....A continuación reproduzco la conversación
Mi Hijo en su Cumpleaños |
YO: no cariño, no tengo dinero
ADVERTENCIA...(Nunca engañéis a un niño, sobretodo si es listo)
HIJO: pero, yo he visto que tenías dinero en el monedero
YO: es verdad, cariño, pero el dinero es, para comprar comida, pan, leche, galletas etc...
ADEMAS, cuando he dicho yo que se hacen regalos?
HIJO: (Con morritos y mirada inteligente), pues...en el SANTO, EL CUMPLEAÑOS, Y REYES.
YO: exacto, y...¿hoy es uno de esos días?
HIJO: ( Ya deshecho el puchero y convencido de que no tenía nada que hacer)..No, no, mama.
YO: Perfecto,ya veo que lo entiendes...
BESOS Y ABRAZOS A TUTIPLEN.
Me reafirmo, es más importante el respeto hacia padres y profesores.
Jejeje, no me acordaba de eso, pero si de que en mi cumpleaños tuve el preciado coche de policía y de lo contento y feliz que estaba con él.
ResponderEliminarGracias Mami, un artículo muy bonito y entrañable... ;)
Los hijos somos de mayores en parte lo que llevamos dentro y en una parte muy importante lo que nuestros padres nos han sabido inculcar. Yo puedo decir que a los mios no sólo les debo la vida sinó lo que ahora soy.
Que bonito! No me acordaba de esos rizos tan chulos! Mi compañero de juegos y sueños infantiles, algo que agradecer a nuestros padres, pues nos veíamos muy seguido. De uno compañera, del otro fui canguro hasta acabar a tortazos, como casi todos los primos en alguna ocasión.
ResponderEliminarPero como echo de menos esa relación, tanto que a veces me da pena haber crecido!